¿Alguna vez te has preguntado por qué bostezamos al ver a otros bostezar? ¿Y por qué al preguntarle a alguien qué tal está muchas veces sabes si te está ocultando algo o no?
Todos estos comportamientos tienen que ver con el otro no contigo mismo/a; son fenómenos relacionados con un sistema de neuronas llamado neuronas espejo, que juegan un papel fundamental en la comunicación humana y la empatía.
¿Qué son las neuronas espejo?
Hasta hace pocas décadas se pensaba que los sistemas motores, visuales, auditivos, y el resto de elementos sensoriales del sistema nervioso trabajaban de forma relativamente independiente. Se pensaba que había un grupo de neuronas que pertenecían a un sistema, y otros grupos que pertenecían a otros sistemas, y que hacían su trabajo sin tenerse en cuenta unos a otros.
En la década de los noventa, gracias al desarrollo de técnicas de resonancia magnética y estudios de flujo sanguíneo en el cerebro, un grupo de investigadores se dieron cuenta de que el mismo grupo de neuronas motoras que se activaban ante el movimiento del individuo se activaba también cuando ese individuo veía ejecutar la acción.
Es decir, se activaban las mismas neuronas cuando la persona cogía el vaso que cuando veía a otro individuo coger el vaso.
Esto supuso un avance enorme en la comprensión no solo biológica del ser humano sino también en cuanto a la filosófica. De repente, tu acción se vuelve mi acción, y esa es la fenomenología que surge: lo que el otro hace se vuelve mío. Esos científicos acababan de descubrir la base neural de la comunicación social humana, las neuronas espejo.
Y aquí radica la importancia en nuestro día a día de este complejo de neuronas. Estas células nerviosas permiten no sólo saber lo que hace el otro, sino también comprender por qué lo está haciendo. Es un concepto relacionado con el de teoría de la mente, de poder conocer y comprender qué siente y cómo vive la otra persona.
Este es el sustrato que parece estar dañado en personas con Trastornos del Espectro Autista, y aparentemente es la causa biológica del impedimento en la comunicación social que muestran individuos con esta clase de alteraciones.
Neuronas espejo y comunicion
¿Para qué sirven las neuronas espejo en nuestro día a día?
Fundamentalmente sirven para que podamos ser seres sociales, para que tengamos en cuenta nuestro entorno y podamos dar respuestas sociales adecuadas. De alguna manera, funcionan como un GPS social y emocional, que te permite conocer tu entorno para dar respuestas sociales más adecuadas desde el entendimiento de lo que hace y siente el otro.
Volviendo a las preguntas del inicio, las neuronas espejo son las encargadas de que bostecemos cuando vemos a alguien bostezar. También funcionan para detectar incoherencias en la comunicación, ya que los sistemas de lenguaje, motores, visuales y auditivos funcionan a la vez y pueden detectar si el lenguaje corporal es coherente con el discurso oral, por eso podemos saber si nos dicen la verdad o no.
También gracias a ellas, podemos observar si hay conexión o no entre dos personas que se acaban de conocer, por la imitación de los gestos. Normalmente, de forma inconsciente tendemos a reflejar los gestos del otro en una conversación si realmente estamos escuchando.
Esta imitación será registrada por el cerebro de la otra persona una señal de que estás en sincronía con ella. De que comprendes lo que dice y lo que siente al decirlo. Lo que ocurrirá es que ante la imitación se activarán más o menos las mismas neuronas espejo en su cerebro que en el nuestro. De hecho, nos gustan más aquellas personas que resuenan nuestros movimientos de forma sutil.
Si llegas a un trabajo nuevo, las neuronas espejo funcionarán de forma automática mandándote y dirigiendo información de las conductas y emociones de los otros, así puedes saber qué compañero te parece más amable, quién genera más tensión, quién escucha con atención y quién no… y poder contestar al ambiente de forma adaptativa.
Por último, resaltar que este artículo hace hincapié en la conexión de estas neuronas espejo con la socialización del individuo, pero estas células también cumplen funciones relevantes no tan directamente relacionadas con la comunicación con los otros. Son las encargadas de que podamos hacer una transferencia de conocimiento de un campo a otro, de la autorregulación emocional, del aprendizaje por imitación y un sinfín de ámbitos más.